24 mayo 2011

I Love Bournemouth


    Ésta ha sido la frase de guerra de los dos últimos fines de semana. El acuerdo unánime ha sido el de imprimir una camiseta con esta típica frase, con corazón incluido, of course!
  
    El viernes pasado pisé la noche ‘bournemiana’ por primera vez. Dado que era mí primera salida tenía que pensar muy bien cómo iba a arreglarme. Parece una tontería pero estoy saliendo con chicas que son más jóvenes y ‘estrechas’ que yo, y además creo que la más alta es tan grande como Jazmina (1,55 cm). Además, el centro de la ciudad está a media hora caminando así que la vuelta iba a ser en taxi pero sola. Lo tenía claro, vaquero y camisa negra, tacones y un bolso del que no me separase en toda la noche (soy algo propensa a las pérdidas y hurtos).
            El plan era tomar sidra (2 litros, tres pounds), en casa de mi compañera de clase Ángela, con su amiga Vicky. Los nos reuniríamos con unos amigos suyos ingleses que resultaron ser adorables.
 
Estuvimos en Kukui, un bar-discoteca ambientado en Hawaii. Las lámpara del techo (a modo de adorno) estaban hechas con la piel de los peces globos con púas y en su interior una bombilla de color,  los había azules, naranjas, verdes… Algunas de las paredes eran de caña y los camareros iban algo así como ambientados, el vestuario debía tener algo alusivo pero la imaginación de algunos no estaba al nivel. 
           
 En la discoteca estaban los amigos de Ángela y la dulce Vicky. Ella es inglesa pero habla español perfecto, aunque con acento inglés. Es muy cariñosa y éste fin de semana nos despedimos tirándonos besos volaos. Le encanta todo lo hispano, en especial la salsa y los hombres latinos.

(Clark, Claire, Vicky, y Cris 'la gigante')
Claire, comenzó a hablar conmigo la última de todos pero terminó por ser mi compañera de copas. Coincidíamos en acabarlas juntas, así que nos conocimos en los tiempos de espera de la barra y para  fumar, pues la discoteca tenía salida a un callejón para que la gente fume; y ligue, porque son como moscones, en cuanto te despistas te están pidiendo el número.

Clark, es el amigo alocado y danzarín que no paró de bailar en toda la noche, aunque también se dedicó un tiempo a hablar conmigo. Lo cierto es que mi mejor inglés sale en las discotecas, los ingleses siempre me dicen que tengo un buen inglés para llevar tres semanas y sin embargo, cuando hablo en clase me miran como si no entendieran una palabra.

                                                                                                                                                                            Lo cierto es que lo pasamos en grande. Las copas valen 2 pounds la ‘single’ (un chupito medido) y 3 pounds la ‘doble’ (dos chupitos), así que me tomé una ‘single’ y tres ‘double’, y la resaca al día siguiente fue quíntuple. Madre mía, me quería morir, ¡un momento! para mí que eso no era Bacardi… Poco a poco fue apareciendo gente de clase. Sebastian estaba por allí, muy acaramelado, con una chica; tanto que Ángela y yo nos preocupamos porque no paraban ni a coger aire.
     Es en Kukui, esa noche, cuando entra en escena Ángela, una española de Huelva de 19 años que me cae genial. Terminamos esa noche tocando palmas mientras esperábamos a que todo el mundo saliera de allí, y como me diría mi madre “preocupada de que todo se quede recogido y limpio”. Mi primera noche acabó a las cinco de la mañana, y no tan borracha como para la resaca que me aguardaba.
       Me desperté a las 10.00 de la mañana, la claridad de la habitación no me deja dormir hasta más tarde. Desayuné, di un par de vueltas por la casa y terminé por quedarme dormida hasta las 16:00 horas, me duché, comí algo y salí corriendo porque llegaba tarde al asadero que habíamos organizado con los compañeros de clase.

Vinieron Bryan y Woo, Abdúl, Sebastian, Stephanie y Ángela. Me reí mucho con ella, me lo paso genial porque está loca también, no le avergüenza casi nada, es súper femenina y de las que piensan (supongo que por cultura) que los hombres deben abrir las puertas de los coches, pagar todas las cuentas… así que muchas veces me exploto con las cosas que dice, le he cogido mucho cariño en este tiempo. No sé, es bastante distinta a mí pero nos entendemos bien, yo también soy algo clásica. Pero mira qué momentos nos regala:


El asadero estuvo muy bien salvo por el viento. Éste viento frío de congelador industrial me está matando. Cuando no hace viento la temperatura es muy agradable, pero como el aire se mueva…

 Así que después de comer hamburguesas, piñas y pollo, y beber cerveza belga, licor japonés y cerveza malta, nos fuimos al hostal donde se hospeda Abdúl, y allí pasamos el resto de la tarde.

  Woo tiene serios problemas con la ‘r’ y cada que vez que le cuesta decir una palabra difícil me quiero morir de la risa, entonces le dije el trabalenguas español “El perro de San Roque no tiene rabo..” y alucinó. Después me acordé de que días atrás Mrs. James me había enseñado un trabalenguas inglés así que les pregunté si en el país de ellos tenían alguno. El coreano es muy gracioso, son todos ‘nio noiiinnok njij noino’, más o menos. La tarde se pasó volando, así que las 23:30 horas ya estaba en casa.

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   A mitad de la semana pasada Ángela me propuso ir el sábado a una fiesta Hawaiana que comenzaba en un hostal, seguía en un barco y terminaba en una discoteca, todo por 20 pounds. La respuesta fue inmediata, ¿dónde compro la entrada?

La fiesta era un acto benéfico para recoger fondos para el cáncer, y había que llevar algo naranja y adorno floral. Le propusimos a Ángela la española (para poder diferenciarlas, voy a llamarla Angelita, ya que es la más joven) que se viniera con nosotras, y se vino con varias amigas, todas con una camiseta naranja y una banda de flores adornando la cabeza. Además también vinieron Vicky y cinco amigos más.


 Cuando llegamos nos sentimos un poco ridículas, sobretodo porque las chicas que estaban allí iban monísimas con sus vestidos ajustados naranjas. Pero lo cierto es que estábamos lindas, y el cava con naranja que nos pusieron durante hora y media, acabó por hacer el resto.



Sobre las 19:00h un autobús nos recogió y nos llevó a Poole, un pueblo con puerto, muy bonito. En el barco había fiesta cubana, esto era, música salsa toda la noche.







Así que primero nos tomamos unos vasos de sidra…







 y disfrutamos del paisaje.

 









   El barco hacía un recorrido por la ‘Costa Jurásica’ de Poole. La Costa Jurásica son unos altos acantilados cuyos pies quedan odornados por unas preciosas playas de arena dorada. Hay dos playas separadas por una pared natural y en medio una mini gruta por la que se accede a la otra playa.



 
 En el barco lo pasamos como niñas chicas. Bailamos coreografías que nos sabíamos las españolas de las canciones que ponían como ‘Aserejé’,  o ‘Follow the leader’, hice a los ingleses girar bajo mi dedo, y los hicimos cantar "Y0 tengo un novio que me lleva a la bahía..." Representamos el Titanic en la proa del barco… El payaso, en resumen...




Y por supuesto, girar en una barra vertical que ví casi al final de la noche.



 En cuanto giré un par de veces, la mayoría de los que miraban querían probar así que enganché al organizador para que lo intentara. No hay foto del momento, pero lo hizo. El organizador era éste…



Después una chica que esperaba en la cola del baño tenía cara de querer, así que la animé y ya nunca más quiso bajarse. Juzguen ustedes mismos:




   Cuando el barco llegó a puerto, el mismo autobús nos llevó a un Night-Club llamado ‘Lounge Bar’, donde había más música salsa, a mí siempre me ha gustado, pero toda la noche… fue demasiado. Además, antes de entrar nos comimos una hamburguesa-perrito caliente (salchichas dentro de un pan de hamburguesa) en un hindú. Acompañé a Angelita a la residencia pues debía cambiarse de ropa y cuando llegamos de nuevo a la discoteca, estaba muerta. Además, ya tocaba cubata y recordando la resaca del fin de semana anterior, opté por tomarme uno y marchar. Los ingleses habían podido conmigo

Se había acabado el triatlón para mí.

16 mayo 2011

Os presento a mi clase

Aprovechando que uno de los temarios de la semana pasada fue sobre Internet y los blogs, comenté a mis compañeros que estaba escribiendo uno sobre mis vivencias en Bournemouth y que no podía continuar la historia si no tenía una foto de ellos, así que el miércoles no faltó ninguno y aquí les presento a mi clase.



De izquierda a derecha:

Keiko (Corea), Ángela (Colombia), Abdúl (Libia), Stephanie (Bélgica), Alfredo (Colombia), Cathy (la seño), Woo (pronunciado Uuu, Corea), Eduardo (Sevilla), Kan (de pie, Turquía), Bryan (Corea), Marcos (Venezuela), Sebastian (Bélgica).

Me siento como una niña de 15 años. Me paso la mañana haciendo bromitas por lo ‘bajini’ cuando la seño no mira, quedando para quedar el fin de semana en casa de alguien para hacer botellón porque es más barato, y hasta recibiendo corazoncitos. A Abdúl esta semana le ha dado por llamar mi atención y formar con el pulgar y el índice de cada mano, dos medios corazones y luego dice “you, and me” y los junta (tan mono!), ¿no es como volver a tener 15 años?

Keiko (coreana) regresó a clases esta semana después de unas cortas vacaciones en casa. Es muy graciosa porque no habla, durante la clase no la oyes pero cuando le toca leer le entra una pequeña risa nerviosa que el otro día terminó por espantar a Alfredo (colombiano). Hace dos días se sentó a mi lado diciendo “ah, no, yo me voy a sentar acá que esta tipa está bien loca y no para reírse muy raro”, ahora lo pienso y me entra la risa.

Stefhanie (belga) es la empollona de la clase. La que siempre tiene los deberes hechos, disciplinada y tranquila. Es muy dulce, algo tímida y está siempre dispuesta a echar una mano cuando le preguntas algo. ¡Lovely!

La seño Cathy, es gigante. No sé cuánto mide (tampoco sé por qué no se lo he preguntado aún) pero el primer día que se levantó de la silla aluciné. Con ella damos vocabulario, listening y speaking, y tiene muy buen humor. Bromea, nos vacila y es muy expresiva con la cara, así que cuando no le gusta una respuesta… me encantaría poder sacarle una foto. (El lugar que ocupa ella en la foto, es donde yo me siento normalmente).

Woo y Bryan son coreanos, y como tal, pensé que eran hermanos, pero nada que ver. Una anécdota: que sepan que los asiáticos cuando hablan en inglés tampoco saben pronunciar la ‘r’. Woo tuvo que leer una palabra el otro día que sonaba a ‘rr’ y casi me exploto. Lo cierto es que no he dejado de alucinar con ellos desde el primer día, con ellos y con Abdúl, y supongo que se debe a la tan distinta cultura que tenemos. Me explico.

Por ejemplo, Bryan para empezar contó que no tienen cumpleaños, naciste en un mes determinado de un año, y ya. Además, cuando naces ya has cumplido un año y si naciste en diciembre, al año siguiente cumples dos; por lo tanto Bryan tiene 38 años en Europa y 40 en Corea. Unos de los temarios fue la comparación entre cuando íbamos al colegio con el actual y Bryan dice que ellos iban a clase todos los días, a excepción de algún viernes, de 08:00 a 22:00 horas; que las clases estaban formadas por una media de 70 personas, sólo chicos, y que para jugar al fútbol o a algún deporte hacían turnos de 10 minutos.

Pero lo más fuerte es lo de Abdúl. Él entró en un colegio militar con siete años, y desde esa edad ya lucía un uniforme de guerra. No puede regresar a su país porque ahora debería estar combatiendo, así que le han tachado de desertor, por lo que si regresase podrían matarle, “es el precio”, me dijo el otro. Toda su familia vive en Libia, y habla con su madre cada dos semanas sólo cinco minutos. Cuando acabe el curso, a finales de julio, se irá a vivir a Túnez porque allí tiene amigos, pero nunca más podrá volver a casa. (Se me pusieron los pelos de punta).

Eduardo es un sevillano que conocí en el hotel en el que me hospedé la semana que vine a buscar academia. También regresó hace unos días de casa “cargaíto de jamones”, como dijo él. Se le ve buena gente aunque es bastante reservado. Poco a poco, supongo.

El que está de pie en la foto es Kan, es de Turquía. Todo en él es contradictorio, hasta su trabajo, nunca pensé que lo hiciera y menos que fuera marchante de arte, el otro día éste era el tema de conversación y me dejó de piedra. Además, es el típico que tiene cara de corta rollo, ése que te abronca con la cara sin ningún motivo, y a mí me hace mucha gracia. El otro día se sentó a mi lado y me preguntó que por qué le miraba y me entraba la risa, y le expliqué que su cara de enfadado sin motivos me hacía mucha gracia y que me entraban muchas ganas de chincharlo. Así que cuando el viernes acabamos las clases le dije que sus deberes para el fin de semana era sonreír al menos una vez, casi me muero de la risa al verle la cara. Lo cierto, es que se ha convertido un poco en mi compi de perrerías en clase. El otro día le dije que si seguíamos así que me iba sentar en la otra esquina de la clase y me dijo que perfecto, que él se mudaba conmigo.

A Marcos, ya lo conocéis, es el que nunca más en la vida volverá a rechazar un café. Se ha ido una semana a Estambul, a casa de unos amigos de Kan porque dice que “en Estambul, el amigo de un amigo, es el amigo de todos y así estará seguro, bien acompañado y podrá ver cosas más tradicionales”. Ángela y yo le preguntamos a Kan cuán amigos éramos de él... es que no estaría mal un viaje al interior de Estambul… Él ha dicho que por supuesto, cuando queramos.

Por último Sebastián, el pequeño-gran hombre. Tiene 23 años, y ha tenido serios problemas en Amsterdam así que se ha venido para acá con la intención de tranquilizarse un poco. Es muy buen niño, y creo que es el que mejor habla inglés de todos, no hay que olvidar que al ser Belga habla además francés y alemán. Tiene muy poca edad para lo que ha vivido pero tiene cabeza, así que creo que le irán bien las cosas.

Pero a la que le van bien es a la pequeña Damaris. Fifí se ha portado con ella como una madre y ha querido dejarla en buenas manos durante su estancia en Francia. Se fue a casa el miércoles pasado y llegará éste miércoles, pero antes de marcharse le presentó a Paula, la colombiana que vivía aquí cuando llegué, y se ha hecho con un grupo de amigos de su misma edad, así que lo está pasando “relindo”. El jueves pasado fue a la fiesta de cumpleaños de un amigo y vino asustada la pobre. Dice que entraron a una discoteca y que al entrar la gente (dicho a su manera) “estaba reloca, pues gritando tanto.. que, ay pues, yo me asusté, y después al rato, yo no sé, pero un chamaco me frotó toda su mano por toda mi cara y… ya no, me fastidiaron la fiesta y me vine para la casa”. Es muy graciosa la forma en la que habla, porque es como si todo le costase el triple que al resto de los mortales.

Pero creo que el momento ¡quiero morirme!, fue este fin de semana. El domingo le dije de ir a almorzar juntas a la calle principal del barrio, y cuando nos acercábamos a la zona escuchamos gritos, era un grupo de chicos peleándose. Nos quedamos mirando un poco y decidimos cruzar la acerca para no pasar al lado de ellos, cuando íbamos a pasar bajó su mano y cogió la mía, ¿tú también?! ¿Es que aquí nadie sabe cruzar la calle sin mi mano!?

02 mayo 2011

Parada en Bournemouth

 Posiblemente éste blog sea un diario de abordo en el que desahogue mis nuevas vivencias en Bournemouth, o simplemente un mero escaparte de chismes y cotilleos sobre personas que no conocéis y que tendréis que imaginar. Quizás tan sólo sea una forma de contarles todo lo que me sucede día a día (que no será poco). ¿Saben esa sensación, cuando les pasa algo bueno o malo, y están deseando llegar a casa para contárselo a alguien?, pues yo la tengo todo el día. Así que como el Facebook se me hace corto y yo necesito un diario, he decidido lanzarles ésta propuesta en forma de blog a ver qué les parece. No espero que se sientan obligados a leerlo todos los días, ni que respondan si quiera (ésto último es broma). Tan sólo es una forma de poder expresar en español el millón de sensaciones que estoy viviendo cada día y sí, espero que las disfruten conmigo.

Mi llegada para instalarme en Bournemouth

   Llegué a Bournemouth, con algo de retraso, el sábado 29 de abril de 2011, cogí un taxi con dirección a casa de Mrs. James quien me abrió la puerta con un collarín en el cuello y una sonrisa gigantesca. En la cocina estaba su súper cariñosa hija, July. Mientras me ensañaba la casa no paraban de salir chicas de todas partes. Estaban: Fifí (la francesa), Paula (la colombiana) y Shana (la inglesa), hasta ahí bien pero luego apareció Mani (el inglés), Lidia (la peruana) e Isabel (la venezolana). Pero, ¿cuánta gente vive aquí? Yo había pagado por una habitación simple, sin estudiantes, sin animales y sin niños. Después me explicaron, y poco a poco ha ido desapareciendo gente, así que sólo quedamos Fifí, Shana, Mani y yo.

                                                (Mrs. James, a la derecha, junto a su hija July)

   Shana y Mani son novios. Él es el sobrino de Mrs. James y se están quedando  aquí mientras buscan un trabajo y un lugar para vivir. Son bastante distantes con nosotras pero simpáticos y amables. Han ayudado todos los días a Mrs. James con el jardín que está rediseñando. Están plantando manzanos, perales, melocotoneros, tomates, cebollas, lechugas… y es que a Mrs. James le gusta la comida sana y se preocupa de que todo sea lo  más natural posible, así que hace su propia mermelada, dulces y postres.
     Lo cierto es que la primera impresión que tuve sobre la casa no fue muy buena. Mrs. James se mudó aquí hace cuatro meses y está haciendo reformas, así que parecía que estaba todo a medio terminar, además como las casas inglesas son bastante diferentes a las que estoy acostumbrada a ver, todo parecía como desordenado, pero nada más lejos de la realidad. Es cierto que falta pintura en el baño, y que en la cocina están terminado el falso techo, pero por lo demás está genial. Mrs. James es una adorable señora inglesa, amabilísima, simpática y que cocina que es una maravilla. El primer día me preguntó si seguía alguna dieta especial y le dije que lo único que no comía eran vegetales, ella me respondió diciendo que era una chica mala y que iba a hacer que volviera a Canarias con un “Nivel avanzado de inglés y graduándome en el cole de los niños grandes que comen de todo”, así que ha cocinado todos los días verduras para cenar, pero lo más increíble es que me las estoy comiendo. He perdido dos kilos y medio, no está mal para cuatro días. Mi habitación me encanta. Es grande, limpia y luminosa (quizás demasiado). Tengo una gran ventana que da al jardín. ¡Sin palabras!


   Lo cierto es que poco a poco he ido cogiendo mi sitio en la casa. Fifí la francesa (en realidad no se llama así, pero tiene un nombre impronunciable) se ha ofrecido a acompañarme en mi primer día de clases para enseñarme el camino, pues las dos vamos a la misma academia. Pero lo que en principio parecía un amable ofrecimiento, se ha ido convirtiendo poco a poco en una pequeña tortura. Es una marimandona desconfiada, que no sonríe ni pellizcándola. Desde el primer día ha cogido la manía de darme la mano para cruzar, y por mucho que le busque una explicación no la encuentro. Además es súper controladora, mira por su dinero, ¡y por el mío!. El otro día me hizo comprar un cuaderno que no me gustaba porque los demás eran muy caros, y hoy casi no me permite comprar el sándwich que quería porque decía que era demasiado grande (creo que algún día terminaré "mordiéndola"). 



   Ella vive en Francia, pero su origen es libio, una vez y se ha sentido cómoda ha empezado a hablar de política, sobre “la presión y los interés de Estados Unidos en los países asiáticos y la represalias sufridas por el pueblo islámico”, bastante aburrida pero nada peligrosa. Esta mañana me ha dicho que está muy contenta de tener una buena compañera de casa como yo, y me ha reblandecido un poco, así que seguiremos andando juntas.



( Fifí, dadas las peticiones, tenía que sacarle una foto. Imagen cogida a traición porque sé que no me iba a dejar sacársela)







Mis primeras impresiones en clase

(Fachada de la academia ETC)
   Entré en la academia de la mano de Fifí. Tras terminar de rellenar unos papeles, me indicaron cuál era mi clase. Como llegaba tarde, el jefe de estudios me acompañó para presentarme a la profesora y que ésta me dejara entrar, porque si llegas tardes, te quedas fuera.
   En clase somos ocho, tres chicas y cinco chicos, y de momento todo va genial. Ángela y yo, una abogada colombiana de 26 años, hemos conectado. De hecho, a la hora siguiente de estar en clase me invitó a ver el partido de vuelta del Barcelona-Real Madrid que ponían por la tarde en el WalkAbout, un gigante local con más de 20 pantallas de plasma donde creo que estaban todos los españoles de paso por Bournemouth. Después del partido me invitó a ir a una fiesta de estudiantes, a partir de las 11.00h de la noche, pero no quería llegar a mi segundo día de clase de resaca, así que me marché a casa. 
   Debo decir que he descubierto en ella a alguien más torpe que yo, y no es por insultar gratuitamente. Hoy me contó que tenía que ir a comprar maquillaje porque hace unos días perdió su reloj y comenzó a buscarlo deseperadamente por toda la casa. A causa de esta expedición, la comida se le pegó y el extractor comenzó a arder, apagando el fuego se le llenó la cocina de humo por lo que abrió la ventana abatible, pero un golpe de viento la cerró  lanzando a la calle el estuche con todo su maquillaje. ¡Me gana por goleada!
   Poco a poco, me voy soltando con los compañeros y hemos empezado a bromear unos con otros. Hoy me quería explotar de la risa con los comentarios de Marcos (un palmero de nacimiento pero criado en Venezuela, tras la emigración de sus padres). No sé por qué salió el tema pero la profesora decía que tuviéramos cuidado porque si vas con un inglés a tomar una copa y después te invita a su casa a tomar un café en realidad lo que está ofreciendo es cama, de repente Marcos, dejó caer la cabeza contra la mesa y se oyó ¡mierda!, cuando la profesora le preguntó que qué le pasaba dijo que en algunas ocasiones le habían ofrecido 'café' pero como le parecía aburrido se las quitaba de encima diciendo que mejor se tomaban algo por ahí y que si quería un café que mejor fueran a una cafetería. A partir de esa anécdota, que nos dejó a todos muertos de la risa, no paramos de hacer chistes sobre el café durante toda la mañana.
   Abdul (libio) nos ha propuesto que quedemos todos éste sábado para hacer un asadero en la playa. Todos han dicho que sí, y la verdad es que me parece una idea genial, sólo espero que no llueva. 

¡Echo de menos la guitarra!

   A pesar de que los días se me pasan volando, sólo con las clases y los deberes. Siento que me falta algo y he descubierto que es la guitarra (además de muchas otras cosas que no se compran en las tiendas), pero justo ayer pensando en eso de vuelta a casa vi una guitarra en el escaparate de una ‘Charity shop’, una tienda en la que se venden cosas de segunda mano. Era un acústica, es la que me falta por probar ya que en casa tengo una española y una eléctrica. Sólo costaba cincuenta pounds, pero no podía comprarla si no le preguntaba primero a Mrs. James y a Fifí, si les importaba que tocase en casa. Me han dado su consentimiento y esta mañana fui a sacarle una foto y ya la han vendido, me he quedado muy rascada. Pero, bueno, ya sé que puedo tener una y Fifí me ha propuesto ir al ‘Charity market’ la semana que viene porque dice que quizás allí pueda comprar alguna, a ver si hay suerte.
   Lo de los ‘charitys’ es una pasada, me he comprado un polar blanco por un pound y medio. Lo cierto es que son tiendas que te salvan de situaciones, como la de mi falta de abrigos. He creído que iba a hacer menos frío porque estamos en verano, pero anoche salí a fumarme un cigarro y llevaba leotardos con calcetines, pantalón de pijama y chándal; camisilla, camiseta, camiseta de manga larga, pullover y polar, casi no acabo de quitarme la ropa para irme a la cama.

… No hay mal que por bien no venga
 
   Finalmente, tuvimos que suspender el asadero porque el informativo anunció lluvia para todo el fin de semana, así que me desperté el sábado para ir al ‘Charity market’. Mi única intención era comprar una guitarra, empezaba a estar obsesionada con esta idea, así que a la 13:00 horas, Fifí y yo cogimos el autobús con destino Boscombe. Lo cierto es que tuvimos suerte porque solamente nos llovió durante los trayectos de ida y vuelta, y hay que ver cómo caía el agua. Nunca había visto llover de esa manera.

La zona está genial, quizás sea un barrio antiguo y según Fifí, hay demasiada mala gente por las noches, pero son alucinantes los precios. He comprado champú y crema para el pelo, crema para la cara, cepillo, pastillas de gomas y chocolate, todo por cinco pounds y medio. Pero lo cierto es que no sé si entraría en este tipo de tiendas si estuviera en Canarias porque cuando entras el olor es súper fuerte, huele a ropa y a zapatos usados, es decir, a pies. Incluso algunas prendas conservan el olor del tabaco que fumaba  su anterior dueño, pero encuentras grandes ofertas en libros, películas y CD´s de música antigua.

                         (Mi guitara, Jane, liberada de la tienda)
Visité como cinco tiendas de música, algunas del tipo de Cash & Converters, otras simplemente eran tiendas de instrumentos de segunda mano o incluso de paquete, pero ninguna me convencía. Cuando ya nos íbamos, miré en un escaparate y detrás del mostrador vi una guitarra española, sobre ella un letrerito con el precio 19,99 pounds. Miré a Fifí, volví a mirar dentro de la tienda y le dije voy a entrar a verla. No sé qué marca es, y tampoco me importa, sólo la quiero para quitarme el mono durante mis tres meses de estancia aquí, así que la probé, la pagué y desde esta noche duerme en mi cuarto.


La llegada de Damaris

   Este viernes llegó desde Colombia, Damaris, una niña de 18 años que creo que no ha salido de Medellín en su vida. No ha dejado de sorprendernos a todos con las cosas que dice y hace. Es muy tierna por su juventud pero no puedo evitar compararme con ella a su edad y no dejo de alucinar. Ayer por la noche, a la 01.00h de la mañana, tocó en mi puerta para pedirme que la acompañara a la cocina a coger agua en su vaso para hacerse un refresco de polvos, what!. Sí, esos polvos con sabor a algo que mezclas con agua y tienes como un zumo. Me hubiese gustado verme la cara, ¿Qué salga de mi cama para bajar las escaleras hasta la cocina para que te pongas un vaso de agua, tú debes de alucinar? Es cierto que me da pena, pero tiene que empezar a ser independiente y yo no quiero tener una hija. Hoy le dije que después de cenar iba a hacer mis deberes de clase y me ha pedido venir a ver cómo los hacía, he tenido que cortarle el rollo, porque como se lo permita va a estar todos los días metida en mi habitación y no vine e Inglaterra para aprender el acento colombiano (es cruel, pero cierto).
   Lo peor de todo es que no habla nada de inglés, y no quiere quedarse sola en casa con Mrs. James porque dice que no la entiende. Sin embargo ayer la invitamos a ir con nosotras a Boscombe y pese a que su intención era venir le tocamos en la puerta como cuatro veces durante la mañana, pero sin resultados. Cuando ya nos íbamos se despertó, me dio mucha pena pero le dije que ya nos íbamos y que no podíamos esperar a que desayunara, duchara y vistiera porque ya eran las 13:00 horas. Así que se quedó.
   Para Mrs. James tampoco es fácil tenerla aquí y se le nota un montón. Para empezar hoy le ha echado la bronca porque se pasa el día en pijama, y le ha dicho que no se puede sentar a la mesa de esa manera. La verdad es que no es  lógico, en tu casa es pasable que estés en pijama pero en casa ajena…
   Además comenzará las clases el 23 de mayo y Mrs. James le ha preguntado que por qué ha venido tan pronto a Bournemouth. No conoce a nadie, está lejos del centro, y hasta que no comience las clases no va a tener vida y menos si sigue viviendo con el horario de Colombia. Así que le hemos propuesto que comience a levantarse temprano y que desayune con nosotras, así que ¿adivinan a quién le va tocar levantarla y hacerle compañía todo el día? Puff, no sé, me comienza a agobiar, a pesar de que me encanta estar con la gente adoro los momentos a solas y me pone muy nerviosa tener que estar pendiente de alguien por obligación, aunque me dé pena.  Ya veremos qué ocurre.


¡¿Pero qué me está pasando?!

   Llevo tan sólo ocho días aquí y parezco otra. He perdido tres kilos, tengo el pelo tieso, se me ha caído el tinte, y me crecen las uñas que parezco un águila emperadora.            
   Dieta: Las ‘variadísimas’ formas que conoce Mrs. James de cocinar verduras, están teniendo su resultado, y he de admitir que no existen quejas sobre este punto. El cambio de hábitos, de horario en la comida y el caminar a todos sitios me está preparando para poder ir a la playa en agosto “like a model”, como dice Mrs. James.
   Agua: El HO2 aquí es como nos explicaron en los libros, incolora, inodora e insabora (esto último, sobretodo). Bebes y no sabes si lo has hecho, es como beber aire. Está muy fría pero no refresca y mejor no intentes abrir el agua caliente para mezclarla porque entonces deja de tener la cualidad de incolora. Pero eso no es lo peor, el pelo se me ha convertido en paja, está duro. Se puede parecer a cuando sales del mar y se te seca, pero tranquilos que de momento no voy a hacerme rastas. De mi tinte ya ni hablamos, está desapareciendo, no me están creciendo las raíces, es como si se cayera. Además los pelos de la cara…
   Xxxx: Lo que no tiene explicación son las uñas, pero las uñas de pies. Me las corté el sábado pasado y cuando hoy me las ví, oh my God! Parecía que no había visto un cortaúñas en mi vida, asombroso. Cómo es posible que en una semana crezcan tanto. No sé si será por la comida, por caminar, por el agua, pero vamos, voy a decirle a Mrs. James que cuando necesite rastrillar el jardín que me avise una semana antes y me doy un paseo.
   Ahora, lo que me está resultando difícil de verdad (cuando no está Fifí) es cruzar la calle. Nunca sé por dónde vienen los coches. Estoy tratando de razonarlo así que antes de mirar intento pensar por dónde me vienen, y nunca acierto. ¿Saben cuál es el origen del por qué los ingleses conducen por la izquierda? He consultado un artículo publicado por ABC este año, en el que explican que su origen se remonta al Imperio Romano y continúa en la Edad Media con la separación de las clases sociales, pobres por la derecha y ricos por la izquierda. Con el posterior desarrollo del comercio y el transporte de productos agrícolas, los primeros carros de caballos comenzaron a conducirse por la izquierda porque los cocheros cogían el látigo con la derecha y las riendas con la izquierda, y de esta manera no le daban a ningún viandante. Miren el artículo, les dejo el enlace, está bastante interesante.