Comencemos por el principio recordando que Many, el nieto de Mrs. James, y su novia Shana viven aquí desde hace tres meses y que su estancia era gratuita a cambio de que buscaran un trabajo y ahorrasen dinero para alquilar algún sitio donde vivir. Los dos han encontrado varios trabajos, pero los han dejado sin ningún motivo aparente. Además, hace un mes apareció un amigo de Many, Duane, que se suponía venía a pasar una noche porque no encontró hotel y todavía sigue aquí.
Desde hacía poco más de una semana que la pareja no cenaba con nosotros, pero no me parecía raro porque nunca estaban a esa hora. El jueves Mrs. James nos llamó a todos para sentarnos a la mesa y cuando les tocó en la puerta Many le respondió en un tono bastante agresivo que ‘no iban a cenar porque la cena no estaba lista’. Así comenzó una elevada discusión (la pena es que mi inglés aún no sea tan elevado para entender los gritos e insultos) que contenía un “fuck you” por cada tres palabras. Según pude entender, ambos ya han encontrado trabajo y ella les ha pedido que le paguen 20 pounds cada uno en concepto de agua, luz y comida. Many se niega a pagarle porque dice que su comida es una porquería y que dado que no van a comer no tienen por qué pagar, así que ella le sugirió que se fueran a un hotel si les parecía mal el pago, tras varios “fuck you” más, Many desapareció de la casa.
Durante ese momento Duane, Fifí y yo nos encontrábamos en la mesa tratando de hacer como si nada pasase, pero el ambiente no era nada relajado. La cara de Fifí era un poema y yo no hacía más que temer el momento (que sabía que iba a llegar) en el que Fifí quisiera comentar la tremenda discusión, porque sabía que no íbamos a estar de acuerdo y que encima no me iba a dejar hablar, porque es la persona más maleducada que he conocido nunca. Entre las lindezas de las que puede presumir destacan la intolerancia, la anti sociabilidad, la mala idea y el que me pone más nerviosa, habla mientras come con toda la boca abierta, y no se atraganta la muy… pedorra. No la soporto, cada día menos.
Al día siguiente la casa se levantó en calma, la pareja no estuvo en casa o al menos yo no los ví. Fifí se iba esa misma tarde a Birminghan cosa de la que me alegré porque estaba a punto de matarla.
A mí todo este lío me cogió con las hormonas alteradas a causa de esos días en los que te preguntas ¿a qué huelen las cosas que no huelen?, y es especialmente difícil porque en “esos días” me pone de muy mal humor todo lo que normalmente solamente me molesta. Así que mientras trataba de controlar los nervios, tuve que escuchar la pelea y soportar a Fifí que hablaba de la poca vergüenza que tiene Mrs. James por echar a su nieto de la casa, yo trataba de decirle que si mi nieto me llamase “zorra” o me mandase “a tomar por culo” también me pensaba muy mucho el acogerlo a él y su novia de forma gratuita en mi casa, pero como ya he dicho, no sabe escuchar. El problema es que Fifí no se siente cómoda en la casa y quiere mudarse, así que todos los días trata de hacerme ver lo mala que es la señora y de convencerme de que me vaya a vivir con ella, cosa que no haré aunque me salga gratis.
El viernes por la tarde hicimos botellón en la playa para despedir a Kan (el turco) que se vuelve un mes a su país para renovar su visado, y avisé a la señora de que no iba a estar a la hora de la cena pero que iba a cenar en casa cuando llegase, con la intención de que hiciera comida también para mí. Además, le dije que Damaris haría lo mismo. Mrs. James compró dos pollos asados y los dejó en la cocina, nunca pensé que dos pollos podían hacer tanto mal.
Al parecer, Many y Shana llegaron de trabajar y había un pollo así que se fueron a la cama sin cenar pensando que el resto de la casa no había cenado. Cuando yo llegué sólo me comí un sándwich, así que el pollo se quedó entero. A la mañana siguiente me levanté a desayunar y comenzaron los gritos. Many se sentó en la mesa donde estábamos Mrs. James y yo y se le quedó mirando fijamente, sin decir ni una palabra, cuando la señora le preguntó comenzó a decirle que no tenía vergüenza, que cómo era posible que hubiese comprado un solo pollo para seis personas y no dejaba que ella se explicara, yo por miedo a salir salpicada me fui a mi habitación. Los gritos comenzaron a ser cada vez más agresivos y los golpes más escalofriantes. Después de media hora de gritos, la pequeña Damaris llamó a mi puerta pues se había levantado sobresaltada con el último puñetazo a la pared de Many, trataba de saber qué pasaba y mientras hablábamos en el descansillo de la planta de arriba subió Many para preguntarme si yo había comido pollo el día anterior, “yo no”, le dije pero Damaris había llegado un poco borracha y se había comido un pollo entero ella sola. Cuando le expliqué, volvió a bajar las escalera gritando y Damaris, que no entendía nada me miró y me dijo: “Ay, pero que pasa con ese pollo, dile que si quiere yo se lo pago”, yo me quería morir de la risa.
Los gritos continuaron quince minutos más hasta que Many salió de la casa con la siguiente advertencia de Mrs. James: “devuélveme las llaves de mi casa porque desde esta noche ustedes ya no viven aquí, búscate un hotel donde dormir con tu novia porque en esta casa ya no son bien recibidos”. Debió sentir miedo la señora porque una vez él se fue, ella cerró la puerta con llave y la dejó puesta, nos llamó a Damaris y a mí para comentar lo sucedido y pedir disculpas por el escándalo, a los cinco minutos apareció la policía para recoger la denuncia que ella quería poner contra él por agresivo, a todo esto su novia estaba trabajando.
Una vez fuera de la casa, un sábado muy lluvioso, no sabían que hacer. Vinieron a empaquetar sus cosas y se fueron a dormir en una caseta de campaña no sé en dónde. A media tarde, Mrs. James recibió la llamada de la madre de Shana quien le dijo que era una mala mujer porque iba a permitir que su hija pasase la noche en la calle “como los mendigos”. Según me comentó la señora, la madre (48 años) está viviendo con un amigo de Many (24 años), y cuando comenzó esta relación echó a sus cuatro hijos de la casa. La madre de Shana está viviendo en un hotel en Bournemouth, así que Mrs. James le sugirió que le pagase una habitación a su “pobre hija y su novio” y así no tenían que dormir en la calle. Cosa que no hizo.
Así que no sé si por el frío, el miedo o la sensación de abandono que sufrieron, el domingo por la mañana estaban de vuelta en la casa, y lejos de pedir disculpas y pedir por favor un acuerdo, volvieron a gritar y a intimidar a Mrs. James, pero en esta ocasión era a Shana a la única que se oía. La charla comenzó a las 11.00 y terminó a las 13:00 horas, y no entendí toda la conversación pero había más palabrotas que palabras. He de decir que el carácter de la señora es implacable, lejos de achicarse seguía manteniéndose en lo dicho, no quiere a dos gandules que le chupen la sangre y que le falten el respeto. Así que finalmente se quedan y pagarán por la comida del fin de semana. Many ha encontrado el trabajo que siempre ha querido, basurero para el ayuntamiento, con jornada de ocho horas y sueldo fijo, Shana tiene dos a media jornada. No obstante, siguen peleando, ayer les llamé la atención porque tras escuchar unos gritos desesperantes bajé a mirar a ver qué pasaba y la encontré a ella tirada en el suelo delante de la puerta de la casa, enredada entre los pies de Many quien trataba de salir de la casa con la camiseta hecha jirones. Cuando me vieron la escena se paró, ella se levantó, se quitó uno de los botines y se lo lanzó a la cara dándole de lleno. Él tan sólo me miró, me guiñó un ojo y se marchó, ella salió corriendo hacia la habitación mientras se acordaba de todos sus muertos.
La señora está muy contenta porque se ha salido con la suya, después de una gran pelea los dos se han puesto las pilas. La señora además me ha cogido mucho cariño porque porque me cogido un poco de deshago, y yo además me he ganado una tele, les ha quitado ese privilegio y su aparato ha terminado en la habitación. A río revuelto, ganancia de pescadores!
¡Madre mía que historia! Estoy con la señora James. ¡Un beso guapa!
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